martes, 1 de septiembre de 2020

La nostalgia es muy mala pero no es tu enemiga.

Todos somos carnaza es un ejemplo.


Retomo el blog después de más de un año de parón. Esta frase es la habitual en estos tiempos en los que tener un blog es algo casi anacrónico, como escribir con boli o mandar cartas a un ser querido. El mundo se mueve a una velocidad increíble, amigos, y ya tiene uno bastante con escribir y escribir para que te lean otros en otros formato que resiste los envites de la tecnología: los libros.
En este años y medio largo han pasado cosas. A mí y a todo el mundo. ¡Caos! ¡Pandemia! Pero también, en un pequeño rincón del sur de España, un limitado y poco conocido escritor ha publicado un par de novelas. Dos trocitos de mi corazón que ya está más viejo y cansado que cuando empecé pero al que le queda alguna batalla literaria por librar.

Vaya turra, ¿no?

La nostalgia. De esto iba esta entrada. La nostalgia es muy mala. Es una expresión que he usado varias veces cuando veo algún producto sacado de las mismas entrañas de los ochenta y noventa. Algún cómic, algún libro, un muñeco de acción... Incluso alguna pegatina o foto que refleje mi infancia. Reconozco que se me hace la boca agua. Y no, no es como en esas historias de ciencia ficción donde la peña se inyecta cosas para vivir aferrados al pasado. No. Vivo muy bien en este presente con tantas cosas con las que disfrutar, gozar y bailar. Todos los días surgen nuevas oportunidades culturales dignas de atención. Vivimos en un escaparate continuo y maravilloso donde cientos de mercaderes nos ofrecen sus bagatelas.

La nostalgia no es sólo un arpón comercial o un  signo de disconformidad respecto al presente. Es un arma y un tremendo pozo creativo para mí. Es una cueva del tesoro de donde puedo extraer, filtrar y procesar ideas nuevas asentadas sobre conceptos ajenos y antiguos. No es la mal llamada apropiación cultural o el regurgitado de movidas ajenas. Es trabajar sobre lo que se conoce, sobre lo que se quedó fijado en la mente... volcar todo ese bagaje y esforzarse por hacer algo digno y atractivo.

No menospreciéis la nostalgia porque no hay nada nuevo bajo el sol. Todo está inventado y aquí se recicla más que nunca. Nuevas versiones de versiones anteriores surgen como ninjas en la oscuridad y no pasa nada. Lo importante es disfrutar con el reconocimiento de lo ya experimentado y dejarse asombrar por ese giro de tuerca. Las historias de terror, el género negro, la ciencia ficción... todo sirve para contar buenas historias. Lo importantes es se consecuente con el discurso y no vender humo. La coherencia narrativa no se puede basar únicamente sobre los referentes. Eso es engañar al lector y un gesto de vagancia por parte del autor. No todo vale pero todo cabe.

¿No es la nueva ciencia ficción literaria y mestizaje de conceptos traídos de otros medios? ¿Qué es eso del High Horror sino una deconstrucción lírica y química de los patrones de los setenta y ochenta? ¿Qué es todo eso de la moda Retro? Pues como autor me sirvo de todos esos hilos que encuentro para escribir nuevas historias. Entretener en tiempos veloces. Captar la atención en la época de la dispersión. Si logro enganchar a alguien a mi droga. Tan sólo a uno. Ya he triunfado de alguna manera. Abraza la nostalgia porque tal vez te salve de un día de mierda y te dé empuje para afrontar un incierto mañana. 

4 comentarios:

  1. El Jefe is Back!!!! Aleluya!!!

    Y más razón que un santo (con pistolas) xD

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    1. Bah, es una tontería que se me he ocurrido para no olivadarme de qué es eso de tener un blog.

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  2. Yo soy un drogadito de su mandanga nostálgica. Y a mucha honra.

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