domingo, 22 de abril de 2018

Mad Max, la fiesta del cumpleaños y el Spiderman de Secret Wars







Si estás leyendo este post con intención de encontrar una crítica sobre Mad Max voy a decepcionarte. Porque este post va de nostalgia, ¡oh! De ese palabra que parece sentar mal en algunos círculos, que está relacionada la sensación de que lo mejor ya pasó, que no hay futuro, como en las pelis de George Miller. Y no. La nostalgia es algo inherente al paso del tiempo, señal de que  pasaron cosas buenas, cosas que merecen ser recordadas.  Total, que me apetece charlar un poco de la serie de Mad Max y de cómo las vi por primera vez.

Estaba en cuarto de EGB, tendría 9 años y llegaba del cumpleaños de mi amigo Alfredo. Los cumpleaños de Alfredo molaban un montón porque vivía en un octavo y ya sólo correr escaleras abajo hasta la plaza rodeada de edificios ya molaba un montón. Lo que molaba era tirar globos llenos de agua desde su ventana, pero eso es otra historia para otro momento. Salíamos todos a jugar al escondite durante horas, o a V, o a deslizarnos por las rampas de los parking subterráneos. Horas de gritos y de flipamiento con el Equipo A, siempre me tocaba Murdock, o Los Masters del Universo. Pero había una cosa que me rondaba ese día: la emisión de una peli en el programa Viernes Cine de la primera cadena. Mad Max o Los salvajes de la carretera. Estaba loco por verla después de leer un artículo en la revista TP, que era más o menos la biblia semanal de aquellos años. Venía con algunas fotos impactantes y hablaba de un hecho alucinante: la muerte de unos de los especialistas durante el rodaje de una persecución. Me dejó muy preocupado ese tema porque había descubierto hacía poco que el cine era engaño y mentira. Incluso le pregunté a mis padres, que leyeron la revista y me dijeron que si lo ponía ahí sería verdad. Palabra de TP.

Llegó la noche y les pedí a mis padres que me dejaran quedarme en el sofá a ver la peli. Estaba con mi pijama de entretiempo, las segundas gafas de mi vida y la certeza de que iba a ver algo muy fuerte. Algo demasiado escabroso para un crío de mi edad. E incomprensiblemente me dejaron. Supongo que fue una de esas decisiones inexplicables, esos actos de gracia, una merced.

Y vi la película. Y flipé. Creo que mi padre ya la había visto antes, en el cine, o no, no lo recuerdo bien. Aluciné y me dejó con el cuerpo malo. Al principio, llevado por el morbo, buscaba algún rastro de esa muerte que decía la TP. Luego me di cuenta de que lo fuerte era lo que estaba en la historia, lo chungo que era todo, lo desalmado que era el malo, y lo mal que lo pasa ese Max que se me sonaba de Arma Letal pero más joven. La escena de la caza a la mujer y al hijo del prota me sobrecogió; la de la muerte de Goose, ese compañero tan gracioso de Max, me flipó por la forma de contar el momento: ese rostro congestionado, bocabajo; la venganza y esa sierra que le ofrece al facineroso. Madre mía.  Una locura que me dejó el cuerpo cortado. Mis padres me dijeron que me fuera a la cama pero me negué. Esto lo tenía que ver hasta el final.

Me dejé embrujar por esos salvajes de la carretera mientras sujetaba con fuerza el muñeco de Spiderman que me había dejado mi amigo Alfredo. Un muñeco de la Secret Wars que me molaba tanto que estuve tentado de intercambiarlo por el mío de Lobezno.  Pero esa también es otra historia.

3 comentarios:

  1. Hay tantas (tantas) referencias, a cosas importantes para mí, en este texto que sólo puedo hacer PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS (y de pie). Enhorabuena jefe, Nostalgia Rules!!!!

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    1. Esa es la intención de estos post. Revivir ciertas cosas que, a lo mejor, también las vivió otra persona.

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  2. Mare de Deu!!! Que años.. que recuerdos.. que peliculas... algo parecido a la angustia , al terror y al hipnotismo a partes por igual cuando la vi por primera vez con nuestro aparato de VHS recien adquirido... por cierto espero que no cambiaras tu Lobezno xdd ��

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