martes, 14 de noviembre de 2017

Los bingueros





El otro día "Los bingueros" fue trending topic, y por unos momentos, la comidilla en los mundos virtuales. ¿La razón? Su emisión, ya era hora, en la 2. Yo la grabé y la disfruté una vez más. Porque "Los bingueros" es más que una moda modernita y objeto de culto para aquellos que denostaron el cine de "destape" hasta que cuatro hispters decidieron hacerse una camiseta con la cara de Pajares y Esteso. Bueno, pero eso es otra historia. Y yo he venido a charlar un rato sobre el estreno español más taquillero del mejor año de la historia: 1979.

"Los bingueros" y su visionado necesitan un contexto histórico filosófico para su actual visionado, eso está claro. Pero más allá de eso, de su irreverencia e incorrección política, es una gran comedia. Y un retrato fiel de cierto tipo de elemento social que aún habita este país. Y si no, mirad a Pedro Vero o escuchad cualquier conversación de bar.

"Los bingueros" supuso la primera colaboración de Mariano Ozores, Fernando Esteso y Andrés Pajares en un triunvirato cómico que dominó los cines hasta que Pilar Miró les dejó, y los videoclubs hasta que el fin de este sistema de ocio. Si pillabas una oferta de tres VHS por trescientas pesetas, una de las cintas era de alguno de estos artistas o de los tres. Caían la noche del sábado, entre la de Bud Spencer o Charles Bronson. Era la peli del destape, de las tetitas, y del lote de reír. Era una garantía en un mundo donde veíamos el Un, Dos, Tres y quedaba algo lejos el descoque de las Mamma Ciccio. ¡Y no pasaba nada! Yo las veía con mis padres y no pasaba nada si salía tetas o algo más. ¡Era una de Esteso y Pajares! Ancha era Castilla.

"Los bingueros" cuenta la historia de Amadeo y Fermín, dos "tiesos" que encuentran en el bingo la posible solución a su pobreza. Salida rápida, fácil y engañosa a una situación llena de trabajos grises y colas del paro. Amadeo y Fermín son dos tipos como los que sigue habiendo; de los que quieres currar poco y no tienen problema en picar algo fuera de casa si se tercia. Dos tipos en un mundo lleno de incorrección política, expresiones imposibles hoy día y humor basado en el encontronazo, el enredo y el puro slapstick en algunas ocasiones. Escenas como la de la acupuntura o la del increíble ligoteo con travestis embarazados y encerronas para violarles, son casi ciencia ficción hoy día. El espectador poco acostumbrado se asombrará ante el lenguaje usado o la facilidad en insultar a homosexuales o discapacitados. Pero eso no quita que la película siga funcionando gracias al trabajo de los actores, y su vis cómica pura y dura. "Los bingueros" es tan cine español como cualquiera, tan o más digno que otros. Un intento de crear cierta industria ajena a las subvenciones, y que quiso despertar la risa de una España que necesitaba ver desnudos, reirse, olvidarse del presente y evadirse de la mejor forma que había en ese momento.

Nunca es tarde para volver a ese cine de destape, de videoclub, porque fue nuestro durante años, aunque ahora lo queramos negar.

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